Confesó que le gustaría escribir una encíclica sobre la paz, pero que es un proyecto que deberá afrontar el próximo Pontífice.
Visitó Hiroshima y Nagasaki. Se reunió con el emperador Naruhito y conoció a víctimas del desastre de Fukushima.
Visitó Hiroshima y Nagasaki, las dos ciudades devastadas por las bombas atómicas durante la II Guerra Mundial.
Su último evento en Japón fue la visita a la Universidad Sofía fundada por jesuitas en 1913.
Reflexionó sobre el problema del narcisismo. Les dijo que si quieren crecer deben dejar más espacio a los demás.
Mantuvo un encuentro con el primer ministro japonés que expresó la voluntad de Japón de guiar al mundo hacia el desarme nuclear.
Celebró una misa en Tokio junto a más de 50.000 personas.
Pidió vencer la tentación de un progreso tecnológico sin control y de enorme potencial destructivo.
Se inclina ante supervivientes de la bomba atómica y dice que las armas nucleares son un crimen contra el futuro.
“Que la libertad religiosa sea garantizada para todos y en todos los rincones del planeta, y levantemos también la voz contra toda manipulación de las religiones”, pidió en la colina donde fue martirizado Pablo Miki con otros 25 cristianos.
“La paz y la estabilidad internacional son incompatibles con el miedo a la mutua destrucción o la amenaza de aniquilación total”, recuerda.
Celebró una Misa en la Catedral de la Asunción en Bangkok, para concluir su visita al país.
Mantuvo un encuentro interreligioso en la universidad más importante de Tailandia.
Reflexionó sobre cómo no hacer que decaiga el espíritu misionero cuando se es minoría.
Se reunió con un millar de sacerdotes y religiosas en la segunda mayor comunidad católica de Tailandia.
Recordó a los niños, niñas y mujeres, expuestos a la prostitución y a la trata; a los jóvenes esclavos de la droga; a los migrantes despojados de su hogar y familias.
Unas 800 bailarinas pusieron el broche de oro a la misa que presidió Francisco en el Estadio Nacional de Bangkok.
Visitó a los enfermos, doctores y enfermeras del Saint Louis Hospital de Bangkok.
Los dos líderes estuvieron más de medio minuto con las manos entrelazadas durante el primer saludo.
Se reunió con el primer ministro en la espectacular Governamental House de Bangkok.
Lo recibió al pié de la escalerilla su prima, que será su intérprete durante la visita.
El Papa inicia su viaje apostólico a Japón y Tailandia con un mensaje de paz.