Dijo que lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia.
Explicó que la autoridad no es un mandato sino que es fruto del testimonio y la coherencia.
Recordó que Jesús no solo vino a predicar sino a estar con la gente. Pidió no olvidar esta parte de su misión.
Dijo que Jesús ofreció un remedio para la salud del alma: el perdón de los pecados