El Papa consagró el altar de la catedral de Santa María la Antigua, recién restaurada.
La Cinta Costera de Panamá se envolvió en una solemne atmósfera. Se repasaron los principales dramas de las poblaciones de toda América.
Su vitalidad y el mensaje que desplegó con su pancarta gustaron tanto a Francisco que se detuvo un buen rato a saludarla.
En la ceremonia de apertura, Francisco invitó a los jóvenes a enviar un saludo a Benedicto XVI.