La reunión comenzará este jueves y concluirá el domingo.
La clave es reconocer que no se acepta ninguna forma de violencia, informar cuando detecten alguna, y escuchar a las víctimas tanto en la Iglesia como en la sociedad.
El abordará tres cuestiones: la responsabilidad de los obispos, rendir cuentas y transparencia.
El Papa convocó a obispos de todo el mundo y el encuentro marcó el inicio de dos procesos.